Todo consiste en tener una simple base: una educación que diseña el futuro de la humanidad. Es importante introducir a las personas en el mundo de las redes, pero ¿de qué serviría si no hacen un buen uso de ellas? Lo importante no es lo que está detrás de la pantalla, sino la persona que la está observando, ya que es esta la que ha accedido a un contenido u otro.
Existe una vida alternativa al otro lado de la pantalla que muchas veces no se puede controlar. Hay redes que favorecen la violencia, las drogas, la anorexia, y un sinfín de cosas que crean una realidad distinta, una construcción mental que parte de ella ahora la construye Internet. Desde mi punto de vista, considero que nada hace más daño que el no saber nutrirse de páginas webs inteligentes que favorecen nuestra evolución, transmitiéndonos información, novedad y una evaluación crítica.
Otro punto importante en el que se debería tocar fondo, es nuestra dependencia a los dispositivos tecnológicos. Ahora estar una hora sin móvil supone un gran reto para una gran mayoría de personas. Según el psiquiatra José Miguel Gaona, la posible dependencia que se desarrolla hacia el móvil está ligada a la neurofisiología de cada uno, lo que influirá a la hora de vivir en mayor o menor medida ese ‘enganche’. “Los circuitos de pregunta-respuesta se crean con bastante intensidad, requiere una acción inmediata, y eso produce cierta adicción. Han acostumbrado a sus neuronas a que cuando se recibe un “whatsapp” contesten y si no lo hacen se sienten incómodos, y eso es lo que puede generar ansiedad”. Otros piensan que esta dependencia ha ido en aumento, y que no se debe argumentar con ningún tipo de explicación: "simplemente, estamos dañando la sociedad aislándola de su verdadera naturaleza".
Mª Dolores Castro Jurado
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