sábado, 16 de abril de 2016

Momentos vacíos

Hablemos del directo, de publicar cada momento al instante. Que si estás en un restaurante con tu pareja celebrando sus 25 años comiendo un enorme solomillo, antes de darle el primer bocado, se publica. Después de darle el primer bocado, también se publica lo rico que estaba. Ahora un vídeo, quieres que todo el mundo vea cómo sopla las velas. Y que observen el gran momento en el que pide el deseo. Luego una foto. De lo guapos que estáis para la ocasión. De la corbata nueva que te has comprado. O del vestido que tanto te gusta. Y otra foto. Y otra. Y otra. No existe comunicación. Estáis más pendientes de vuestros respectivos móviles que de la persona que está enfrente de vosotros. Antes de terminar la velada, todo Facebook y Snapchat sabe cómo ha sido y tú ni te has dado cuenta de que ya ha acabado.
Este es el poder de las tecnologías y las redes sociales, nos absorben de tal manera que olvidamos disfrutar. Hacemos público hasta lo más íntimo. Ya no compartimos los momentos especiales con esas personas especiales, los compartimos con todo el mundo. Hasta con esa persona con la que te llevas tan mal. Hasta con el padre de la amiga de una vecina de tu antiguo barrio. Se han convertido en momentos vacíos. Las nuevas tecnologías se han adueñado más de nuestra vida que nosotros mismos. Ha llegado un momento en el que, en muchas ocasiones, nos controlan sin darnos cuenta.

Ojalá llegue el día en el que frenemos esa mala costumbre de querer compartir al instante cada momento vivido. Que diferenciemos la vida real de la virtual. Que está bien hacer fotos o vídeos y compartirlas con tus seres queridos, pero está mejor saber disfrutar del momento, y guardar los recuerdos un poco más en el corazón.



Mª Dolores Castro Jurado

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