Javier Arcos es un fabricante que se dedica a recolectar piezas antiguas, ninguna posterior a 1985, y con ellas crea cientos de robots. Encuentra piezas increíbles allí donde va, descubre diseños antiguos preciosos. Y esto es, según él, porque antes las cosas duraban y tenían valor, pero ya no. Considera que su trabajo va en contra de lo que tanto se lleva ahora: usar y tirar. Como bien nos muestra, no se trata de estar en contra de la tecnología del presente, sino de saber innovar reciclando, dando una segunda oportunidad.
Por consiguiente, esta obsolescencia programada se trata de una práctica comercial para poder mantener un nivel de ventas constante. Pero, ¿de qué sirve no aprovechar al máximo los recursos de los que disponemos? Además, el consumo desenfrenado de estos aparatos electrónicos produce graves perjuicios en el medio ambiente. Según la ONU, generamos unos 50 millones de toneladas al año de estos residuos que acaban, en un alto porcentaje, en vertederos de países en vías desarrollo. No deberíamos seguir siendo tan derrochadores, y tendríamos que valorar más lo que tenemos. Sería un gran paso frenar nuestro constante "comprar, tirar, comprar" que daña tanto a nuestra sociedad, nuestro medio ambiente y nuestro futuro.
Os dejo con un documental muy interesante sobre la obsolescencia programada:
Mª Dolores Castro Jurado
Mª Dolores Castro Jurado
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